Argentina se acerca peligrosamente a una crisis de impredecibles consecuencias por culpa de la guerra declarada entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el campo, a raíz del llamado “impuestazo” decretado por la presidenta a la exportación de productos agrarios, que los productores se niegan a aceptar.
Todos los frentes están abiertos y a lo largo del país, uno de los mayores exportadores mundiales de granos, se suceden los piquetes, con cortes de carreteras que amenazan con desabastecer de productos al país y encarecer los ya de por sí altos precios de los alimentos.
Los huelguistas protagonizaron al menos cuatro bloqueos totales y 25 parciales en carreteras del interior, al iniciarse el cuarto paro del campo en poco más de tres meses.
“El campo mantendrá su protesta el tiempo que sea necesario”, advirtió ayer el dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA) Alfredo De Angeli, que el sábado fue detenido durante unas siete horas junto a otros 18 agraristas, en medio de los incidentes producidos con efectivos policiales cuando productores y transportistas se negaron a liberar una ruta en la provincia de Entre Ríos.
“Estamos con mucha preocupación porque esto no se resuelve y tenemos una posición muy dura que no vamos a aflojar y el Gobierno no quiere escuchar al pueblo”, manifestó De Angeli, en declaraciones radiales, luego de ser liberado, mientras era esperado por numerosos pobladores en la carretera 14.
Cae 30 puntos imagen de la presidenta en seis meses
La imagen positiva de la presidenta argentina, Cristina Fernández, se hundió en el 24.4 por ciento, 30 puntos menos que cuando comenzó a gobernar en diciembre.
El sondeo de la Universidad Abierta Interamericana señala que el 21.4 por ciento de los argentinos califican de mala su gestión, otro 27.9 por ciento de regular, mientras que sólo un 7.7 por ciento de los encuestados dijo tener una muy buena imagen de la mandataria y otro 16.7 por ciento buena.
Además, el 82.7 por ciento indicó que el conflicto con el campo no se resolverá con el anuncio de la presidenta de que, con el incremento de los impuestos a la exportación de granos, servirá para realizar obras sociales. En cualquier caso, otro 32.6 por ciento consideró “nada probable” que esos recursos obtenidos del campo se destinen a la construcción de escuelas y hospitales.
Por último, un 54.1 por ciento de los encuestados también dijo que no es justo que se cobren retenciones al campo y no suceda lo mismo con otros sectores, como el financiero o los juegos de azar.
Fuente: Crónica de Hoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario