Adjunto esta colaboración escrita por Marcelo Arrabal, para refelexionar.
Qué sentido tiene hacer el bien a los demás? Si lo habitual es que la gente te decepcione, te falle y te traicione…
Que sentido tiene sufrir por otros? Si nadie te va a dar las gracias por ello…
Que sentido tiene ser consecuente? Si en la actualidad todo es relativo…
Que sentido tiene la caridad? Si a los egoístas les va mucho mejor…
Que sentido tiene buscar la justicia? Si hoy los corruptos dominan el mundo…
Que sentido tiene ser honesto? Si se valora más la astucia y la picardía…
Que sentido tiene decir la verdad? Si creemos que todo es una gran mentira…
Que sentido tiene entregar la vida? Si tenemos una sola para disfrutar al máximo…
Desde la perspectiva humana actual nada tiene sentido, no hay verdades absolutas ni certezas de nada.
Sin embargo el hombre es capaz de Dios, tiene grabado a fuego en su corazón y su razón, la conciencia moral. Es imposible que un hombre con un grado mínimo de moralidad, no escuche en su interior cuando la conciencia aprueba o no sus actos.
Está en su esencia el hacer el bien y evitar el mal, si se presta, así mismo, el mínimo de atención, no puede evadirse de esta regla de vida, que Dios quiso darnos, desde siempre.
Muchos han tratado, por todos los medios, de desmentir lo irrefutable: somos criaturas predilectas de Dios. Lo han intentado con mediano éxito, por nuestra mediocridad.
Aprovechándose de la ignorancia de muchos y de la apatía de otros, tratan de hacerle creer al género humano que nada es absolutamente verdadero. Al hacerlo, lo que intentan es negar a Dios.
Apartan al hombre de su moral y lo analizan como si fuera solamente animal, les resulta más fácil poder justificar y hacer cualquier cosa con él.
Las experiencias demuestran que cada vez que el hombre niega su mandato divino, que no es otro que dominar la creación de forma racional, responsable y amorosa, todo termina mal.
Para muestra, el siglo XX.
Muchas veces esta situación es permitida por nosotros, los cristianos, que no sabemos dar verdadero testimonio de nuestra fe. No sabemos dar razón de nuestra esperanza. No sabemos defender lo que Cristo alcanzó en la cruz. La derrota de todo lo que causa daño, dolor y muerte fue pagada con la sangre de nuestro buen Jesús. Y todavía muchos cristianos no vivimos de forma coherente con lo que creemos…
A veces me cuestiono, ¿Realmente creemos que Jesús se hizo hombre y habitó entre nosotros?¿Creemos honestamente que padeció, murió y resucitó? Si eres creyente me vas a responder que si crees. Ahora bien ¿qué estamos esperando para salir y llevar a Jesús a los demás?
Es nuestra obligación moral, hacer todo para que cada ser humano tenga un encuentro íntimo y personal con Cristo. ¿Hacemos nuestro mejor esfuerzo para que esto se concrete? Si tuviéramos la certeza de la resurrección lo haríamos día tras día…
San Pablo ya nos advertía que sin la resurrección de Cristo, el cristianismo es una moral de esclavos. Demos pruebas de nuestra fe, salgamos al mundo a llevar esta Buena Nueva, que hay miles de hombres y mujeres que la están esperando.
Marcelo Arrabal
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