‘El hombre más rico de Babilonia’, obra publicada por George S. Clason en 1955, es un gran clásico de la literatura financiera, el libro sobre riqueza más inspirador que jamás se haya escrito, según Fred Siegel, un autor moderno que lo ha adaptado recientemente a la realidad actual de los mercados financieros.
El relato original cuenta la historia de Arkad, el hombre más próspero de Babilonia (Ahora Irak), enclave de los míticos Jardines Colgantes, entre el Tígris y el Éufrates, y una tierra mítica por sus riquezas y opulencia.
Arkad y los consejos que da para adquirir y mantener la riqueza son el eje de un libro que Fred Siegel decidió rescribir para hacer que sus valiosas enseñanzas resulten más relevantes en el mundo actual. Estos consejos se condensan en las siete leyes del dinero.
PRIMERA LEY: Páguese a sí mismo
Fred Siegel define esta idea de una manera sencilla. “Antes de comenzar a gastar, lo mejor que puede hacer uno es pagarse a sí mismo”, lo que se consigue ahorrando el 10% de los ingresos mensuales.
Por supuesto, seguir esta ley requiere disciplina pero lo bueno es que cuando se convierte en un hábito, no se extraña el dinero que se está ahorrando. Además, dice Siegel, “pronto se sentirá orgulloso de ese 10% ahorrado y apenas recordará en qué gasto ese otro 90%.
SEGUNDA LEY: Establezca presupuestos para controlar sus gastos
Claro que siempre es posible pensar: Apenas puedo mantenerme con lo que gano ahora ¿Cómo es posible que logre ahorrar el 10% de mi salario? La respuesta empieza por admitir que todos los seres humanos quieren más cosas que el dinero que tienen para comprarlas, o lo que es lo mismo, las necesidades son siempre ilimitadas pero los recursos escasos.
Una vez asumida esta realidad, lo mejor es establecer un presupuesto de los gastos que de verdad son necesarios hacer cada mes. Según Siegel, hay un fenómeno interesante encerrado en este principio. Si se controla cada euro, al final pasarán dos cosas.
Primero, se recortarán los pequeños gastos, como comprar un refresco o un bocadillo, ya que resulta demasiado complicado escribirlos en el diario. Además, será posible ver cuánto cuesta al mes tomar un café diario o comprar el periódico, por ejemplo.
De esta forma, el presupuesto actúa como un protector ante la tentación de gastar dinero en cosas de escasa prioridad. Eso sí, se puede incluir una partida denominada ‘dinero para gastar’, por aquello de que darse de un lujo de vez en cuando no está mal.
TERCERA LEY: Ponga su dinero a trabajar por usted
La idea de esta ley está basada en el interés compuesto o en el hecho de que el retorno sobre el dinero haga ganar aún más dinero. Para inversores que piensan en el largo plazo, Siegel apuesta por el mercado de valores y aconseja huir de los típicos ‘chivatazos’ de los amigos o de los valores que están de moda.
En general, la forma en que se pone a trabajar el dinero, admite Siegel, depende de muchos factores que tienen en cuenta a la persona, sus intereses, su creatividad, o su iniciativa para los negocios.
Las posibilidades son variadas, desde iniciar un negocio en 'ebay', comenzar cualquier actividad a tiempo parcial, invertir en objetos de colección, invertir como socios sin voto en algún negocio en funcionamiento, o, incluso, publicar un libro propio que recoja las experiencias profesionales, por ejemplo.
Todas las formas de inversión suponen riesgos y si se comenten errores, es necesario aprender de ellos, dice Siegel. Pero cuando se encuentre la forma correcta de poner el dinero a trabajar por uno mismo, se habrá creado un flujo de riqueza.
En todo caso, el mejor consejo consiste en invertir en aquellas cosas que interesan, en las que se encuentra satisfacción, porque en el fondo “nada sirve tanto al éxito como la pasión”
CUARTA LEY: Protéjase contra las pérdidas
Si todo lo anterior ha dado sus frutos, es posible tener ya algún dinero extra pero cuidado, entonces podrían llegar las tentaciones de gastarlo o hacer nuevas inversiones.
Lo mejor, indica Siegel, es no dejarse llevar por la idea de hacer dinero rápido para lo que resulta conveniente no escuchar los consejos de aquellas personas que puedan recomendar alguna inversión. “No perder todo lo que se tiene es la clave para construir la riqueza”.
QUINTA LEY: Haga de su hogar una inversión rentable
La idea que pretende transmitir Siegel es que el dinero que destine a la vivienda debe verse como una inversión. Por ejemplo, hacer reformas en la cocina permitirá disfrutar de mejores electrodomésticos y, si se tiene idea de vender el piso en el futuro, la propiedad se revalorizará considerablemente.
Además, si no hay intenciones de vender el piso, y se tiene una hipoteca, Siegel propone hace amortizaciones extra desde el principio. Por ejemplo, si se pagan 100 euros extra al principio de cada mes, el retorno de esa inversión será mayor, pues no se pagan intereses todo el tiempo por la misma cantidad de dinero.
Así, el problema podría ser la comisión de amortización parcial que cobre su banco, pero actualmente, muchas entidades ‘on line’ no establecen ningún cargo por este concepto, que resulta fundamental a la hora de negociar una hipoteca, en la medida en que todos los meses es posible destinar una parte del ahorro para la inversión en vivienda sin incurrir en gastos bancarios.
SEXTA LEY: Planee su jubilación
Según explica Siegel, ahorrar dinero para la jubilación es una decisión inteligente desde dos puntos de vista. Por un lado, se generan recursos para el futuro de manera que el dinero va creciendo y, además, no se pagan impuestos hasta que ese dinero se retire.
En el caso español no sólo es eso, sino que además, las aportaciones a planes de pensiones suponen una reducción directa de la base imponible, por lo que el ahorro es al menos igual al tipo marginal de cada contribuyente.
SEPTIMA LEY: Incremente su potencial de ganancias
La última ley del dinero tiene que ver con las enormes posibilidades que genera la inversión en capital humano. El mejor activo que tienen las empresas es el conocimiento y las capacidades de los empleados. Por tanto, quien desee ganar dinero debe incrementar sus conocimientos y habilidades.
Los resultados de una encuesta informal entre profesionales, explica Siegel, arrojaron la sorprendente conclusión de que menos de un 5% de los encuestados invirtó más de cien dólares en cursos de capacitación. "La mayoría gastó mucho más en la parte externa de su cabeza, por ejemplo, en cortes de pelo, que lo que invirtió en la parte interna".
Visto en Finanzas.com
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