Ayer escuchaba en la radio una convocatoria que hacían a los que habían realizado tratamientos oncológicos por una determinada obra social, y que no habían tenido los resultados previstos, que se comunicaran, porque seguramente habían recibido medicación adulterada, o trucha como le decimos habitualmente, ó "medicación K" como le dicen ahora.
Esto y el tema actual de la "mafia de los medicamentos" con un grado de acercamiento notable con los Kirchner, quienes aparentemente son los que financiaron su campaña, hacen de la Argentina el país del tercer mundo en el cual no queríamos vivir. Siempre imaginamos que estábamos lejos de los países sumamente pobres que nos rodean o del África. Nada más equivocado que esto. Nos invade el peor de los chavismos.
Tuve la infeliz ocasión de pasar por un tratamiento oncológico al tener que curarme un Linfoma. La quimioterapia no es algo que te haga feliz, salvo que te salva la vida en muchos casos. Esta gente juega con estos tratamientos contra el cáncer como así también con los medicamentos de los enfermos de HIV y tantas otras enfermedades más.
Me resulta imposible calificar a este tipo de gente, como así también de la gente que financia y avala. Lo que si puedo decir, es que no tienen perdón de Dios. Las leyes de este mundo son insuficientes para juzgarlos.
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