
Kiyosaki es un empresario hawaiano de ascendencia japonesa, que después de desempeñarse como piloto en la Guerra de Vietnam, y trabajar como vendedor en Xerox, realizó diversas inversiones que le permitieron retirarse en 1994. Desde ese momento, y con la publicación de sus libros de autoayuda financiera, se posicionó como un gurú de los negocios y viaja por el mundo dando charlas en las que promete entregar la fórmula para volverse rico. Sus controversiales afirmaciones, como la ineficiencia de la educación universitaria y del trabajo para lograr una independencia económica, le han traído tanto seguidores, que llenan teatros en todo el mundo, como enemigos, que critican sus contradicciones y falta de conocimiento económico.
Aspectos salientes
A continuación, los aspectos más importantes de su discurso:
En Cronista Comercial:
Kiyosaki: “La Argentina puede terminar como el Imperio Romano”
El gurú de las finanzas personales, y autor de bestsellers, asegura que la crisis financiera global empeorará. Recomendó comprar metales y criticó a Obama y a Cristina.
Atención a los seguidores de las enseñanzas de Robert Kiyosaki, autor de la famosa serie de libros Padre rico, Padre pobre que vendió 30 millones de ejemplares en todo el mundo y más de 300 mil en la Argentina. El gurú de las finanzas personales vino por primera vez a Buenos Aires y dejó un consejo: “No hay que ahorrar en pesos ni en dólares. Hay que invertir en plata, en primer lugar, y en oro”.
Ante periodistas, Kiyosaki explicó –dibujando flechas y números en una pizarra– que desde que se terminó con el patrón oro, el dólar es deuda. “Mientras el gobierno de Barack Obama imprima dinero, quienes ahorren en dólares ahorrarán solo deuda. La plata es la mejor inversión. Al oro se lo está acaparando y a la plata se la consume, se usa en dispositivos electrónicos como televisores, computadoras, celulares. Hoy la onza de plata cuesta u$s 15 y en diez años va a valer u$s 1000 porque se usa todos los días”, se animó a anticipar. Luego, aseguró que en la Argentina “hay mucha plata” y que buscará en el país oportunidades de inversión en metales.
Kiyosaki no se privó de opinar sobre temas locales. “En la Argentina, los agricultores no quieren trabajar porque trabajan para pagar impuestos. Eso fue lo que pasó en Roma y el Imperio Romano colapsó. Esto es lo que están haciendo con el campo”, opinó. También criticó la nacionalización de los fondos de pensiones: “En Estados Unidos se hizo lo mismo en la década del treinta y todos esos fondos se gastaron. No sé si su Gobierno no hará lo mismo, pero me animaría a decir que sí”.
El popular autor no vislumbra una salida a la crisis financiera global. Es más: se muestra profundamente pesimista. “La situación se pondrá peor. Los americanos no saben cómo manejarse sin crédito. Y esto tiene un coletazo en la economía global”, manifestó. Y no temió hacer arriesgadas predicciones: “En cinco años, Estados Unidos será más pobre, como un país del Tercer Mundo. Hay tanta gente pobre de la que tenemos que hacernos cargo... Obama piensa que la manera de crear empleo es dar dinero a la gente. Eso es socialismo”. Y continuó: “Primero fue una crisis de las bolsas, luego de real state, luego comercial y ahora se viene una crisis de las tarjetas de crédito”.
Kiyosaki, que mide más de un metro ochenta, vestía una combinación nada convencional: impecable traje negro a rayas rojas, una camisa también rayada y una corbata oscura con lunares rojos. Lo acompañaba su esposa Kim, una elegantísima rubia, con la que está casado hace 25 años pero que todavía lo mira embobada.
Desde el piso 20 del Hotel Emperador, Kiyosaki observaba una panorámica de la Villa 31. “En Estados Unidos vamos a empezar a ver asentamientos como este”, advirtió.
Las enseñanzas de Kiyosaki giran sobre la idea de que la educación financiera –no la educación formal– es clave para hacerse rico y salir de la trampa de ser asalariado. “No es el empleo lo que les dará capital”, dice. Sin embargo, algunas de sus teorías –como la especulación en el mercado inmobiliario– quedaron desacreditadas por la crisis financiera global.
Fuente: Diario Ámbito Financiero y Diario Cronista Comercial
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