Interesante editorial del Diario La Nueva Provincia...
Muchos de quienes en vida de Néstor Kirchner le llamaron maldito, hipócrita prebendario, oportunista, corrupto y corruptor ahora lo llaman estadista. Esas loas fúnebres sobre él, apenas muerto, representan una impudicia. Adviértase el intríngulis: si mienten ahora respecto de Kirchner, ¿cómo estar seguros de que no mentían antes? Si ahora lo elogian faltando a la verdad, ¿cómo saber que no faltaban a la verdad también antes, cuando aparentaban criticarle? Vaya problema. Ciertos políticos, periodistas, intelectuales y empresarios son de una hipocresía enfermiza. De un oportunismo que desea quedar bien tan solo por el qué dirán.
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